Me han insinuado que cuando estoy enferma, tal que ahora, digo muchas tonterías. Tras una breve pero intensa reflexión, respondí que no, que lo de decir tonterías fluye en mí sin necesidad de fiebre, tos, dolor de garganta y otros síntomas al azar.
Esta mañana que me he levantado sin ganas de estudiar, exacto, podría estar escribiendo esto cualquier mañana, me he puesto a ver si había escrito muchos post enferma,
sólo éste... Y eso sí que me ha sorprendido, porque aunque niegue el hábito de decir tonterías, lo que reconozco a pesar de los pesares es que, enferma, me quejo. No mucho, no en exceso, pero me quejo. No necesito contar detalles de mi patético estado ni revelar cada diez minutos mi temperatura corporal. No, me basta con mantener informado a mi entorno de la premisa mayor: estoy enferma. Y tampoco necesito informarles de la conclusión, como me conocen, les es obvia: Estoy enferma ergo no me toques mucho las narices (sí, he puesto tal rancia expresión porque últimamente digo muchos tacos en este blog y estoy preocupada por
el cambio climático)
Oye, cuando estás enferma te pones violenta.
Sí
Oye, cuando estás enferma te pones pesada.
Sí
Oye, cuando estás enferma tienes unos cambios de humor...
Sí
Oye, cuando estás enferma hablas poco
Sí
Oye, cuando estás enferma dices tonterías
Pues no, mira, no.
Whiner:
Para decir estas chorradas que vienes diciendo últimamente no hace falta que actualices-
¿y tú que sabrás? ¿dónde está mi dialogador misterioso de siempre?Nota: Para entender el título has de ser lo suficiente viejuno como para haber visto el anuncio de
vicks vaporub