28/7/12

Post de herencia

¿Habéis visto esos programas tan de moda de enseñar casas? Bueno, la verdad es que estaban más de moda antes cuando todavía existía LaSexta2 y no se había convertido en Xplora, canal temático de leñadores. Pues bien, estos programas siguen básicamente el patrón de te abro la puerta y te cuento la maravillosa casa que tengo para que mueras de envida cochina en tu pisito.

Como en todo lo inmobiliario he descubierto un doble lenguaje, las muebles antiguos que tienes por ahí dispersos en el chalete son "de herencia" ¿de herencia de quién? ¿paterna o materna? ¿testada o intestada? Nada, la única información es "de herencia", tú, avispado lector, puedes estar pensando que ese sofá que dio tu madre cuando renovó el salón, y en el que está tu culo sentado a esperas de ahorrar lo suficiente para invertir en elsofádetussueños, es "de herencia", pero,  no es cierto, en ese caso es un sofá viejo sin más, de pobre corriente, para que sea "de herencia" es necesario que haya venido a preguntarte por él algún periodista televisivo o, en su defecto, la revista El Mueble.

También es de resaltar el concepto "lo restauramos" o "lo reciclamos" donde se lleva la palma aquella señora que, señalando una puerta, contaba vanagloriándose que la habían reciclado trayéndola de noche de una casa que estaba muy abandonada y que si no fuera por ellos que la restauraron... es decir, que la habían robado de casa ajena aprovechando la nocturnidad como un gitanillo cualquiera, no nos dejemos engañar por el collar de perlas que le rodeaba el cuello, y que si no hubiera sido por ellos seguiría perteneciendo a su legítimo dueño y quizás también le pertenecerían varios objetos más sin no le hubieran quitado LA PUERTA.

Otra tendencia que no debe pasar desapercibida es tener una atril en medio del salón con un libro con pinta de litúrgico, sí, sí, no sé cuantas casas he visto que tenía colocado semejante instrumento, a mí me recordaba a Embrujadas, la verdad, y en cualquier momento esperaba que se pusiese a leer conjuros, pero nada, se limitó a recordarnos que el libro era "de herencia".

Y no me gustaría seguir haciendo sangre con los que enseñan la cocina de 80m2 y luego dicen "en esta casa no cocina nadie, solemos comer fuera" es que queda hasta feo, miente para la tele, que no te cuesta nada. Porque realmente ni usa la cocina, ni esos sillones de cristal que tienen pinta de incómodos que te pasas,  ni  por supuesto, el escritorio de trabajo de acabado espejo en el que no te cabe ni el portátil de canto.