30/1/11

Series para no acabar histérica.

Estoy empezando a desarrollar un preocupante identificación con los personajes femeninos que tienden al histerismo, algo inexplicable, por supuesto, de hecho, desde el último ha pasado un año, un año lo menos, cuando  mi portátil decidió freírse en sus propios jugos dejándome sin todo lo que tenía dentro, todo lo que yo había depositado en él, en confianza, y me volví loca buscando los papeles de la garantía porque, a ciencia cierta, no habían pasado los dos años, los papeles, SATURN en azul y naranja, dos folios grapados... dónde encontrar dos folios grapados, dos folios entre trillones de carpetas, carpetas de carpetas, archivadores, cajitas monas con forma de carpeta y cientos, miles, tropecientos miles de folios que guarda un opositor para poder prender rápido y mantener la llama cuando decida inmolarse en su propia pira funeraria de carperis ante la llegada de otra reforma legislativa que le deja el temario nuevo a estrenar, recién parido, un total desconocido ahora que pensaba que podían llegar a entenderse.
Sola y destruida delante de un revoltijo de papeles y carpetas abiertas sobre la cama, sobre el escritorio, tiradas en el suelo, poniendo a dios por testigo de que nunca volvería a perder una factura.

El caso es que la encontré, lo repararon y ahora puedo volver a hablaros de cosas que no importan a nadie y colgar fotos que busco en google sin prestar especial atención.

Porque este post trataba de mi identificación con los personajes femeninos que tienden al histerismo, no se os puede haber olvidado porque sólo hace un párrafo que lo he dicho, los dos ejemplos más recientes son Tina Fey y su Liz Lemon en 30 rock y el más reciente aún Patricia Heaton y su Franckie Heck en The Middle. Esta frase está mal construida, soy absolutamente consciente pero me apetece transgredir la gramática ahora que la RAE es la casa de tócame roque.
Si me pusiera a bucear en otras series "de siempre" también acabaría identificada con el personaje que más escenas histéricas haya tenido, pero no lo voy a hacer, porque me remontaría a series viejunas y podría aparecer algún comentario de "yo esa no la he visto pero a mi madre le encantaba" y entonces lo que prentendía ser un post para despejarme acabaría siendo el catalizador perfecto para la pira funeraria.

Por supuesto ambas series están recomendadísimas, en VOS, mejor que mejor, así que ya sabéis comprarlas o pedirlas en préstamo en vuestra biblioteca de confianza.

22/1/11

El millón de libras

Hace una semanas, meses, quién sabe, vi la película "El millonario" con Gregory Peck, lo aclaro porque creo que hay varias películas cuyo título ha sido traducido al español igual, se llamase como se llamase, de hecho ésta vendría ser "el billete del millón de libras", calcao, señores.

La primera sensación cuando lees los argumentos de estas películas "clásicas" (odio ese adjetivo sin motivo aparente soy "huna rasista de las palavras") es "ah, esto me suena" rápidamente debes caer en la cuenta de que en este caso está muy claro qué fue antes el huevo que la gallina y que se hacen al año multitud de películas copiando estas tramas caídas en el olvido. Eso también me molesta pero no quiero parecer una amargada.

El millonario es una adaptación de una novela de Mark Twain, podría resumirse como la historia de dos hermanos aburridos y ricachones que poseen un billete de un millón de libras, hacen una apuesta y se lo dan a un pobre hombre con la condición de que si no lo gasta en un mes le darán un trabajo para el resto de su vida.

Con algo tan simple esta "comedia" te explica perfectamente el funcionamiento de la avaricia, el sistema capitalista y ese carácter abstracto que tiene la bolsa que lleva al absurdo.
Ése último punto es mi mayor descubrimiento con esta película, si yo fuera un profesor de economía y mis alumnos fuesen lo suficientemente civilizados como para aguantar una película en blanco y negro y ese tono de ingenuidad viejuna, se la pondría seguro.
De entre todas las situaciones que no pienso desvelar porque guardo la esperanza de que alguien aburrido la vea, se da la siguente: cotiza en bolsa una empresa que acaba de empezar a explotar una mina que puede tener oro,  sube como la espuma, se extienden falsos rumores, cae la confianza y la empresa, de un día para otro, se arruina, el discurso de Gregory Peck tratando de convencer a los inversores para que no se vayan: "NO HAY NEGOCIO MEJOR CABALLEROS, EN LA MINA HAY ORO, confirmado, oro, esto son números que no son nada, personas que van y que vienen, y en la mina hay ORO, ningún valor es más fiable" es tan visual, plasma tan bien como vence lo abstracto de la bolsa a la vida real.
Me dejó maravillada. Y hoy la rescato porque sí, porque me he parado a pensar en el abismo que separa la justicia real y el BOE y mi memoria ha salido por peteneras, por Gregory Peck y su billete de un millón de libras.