22/1/11

El millón de libras

Hace una semanas, meses, quién sabe, vi la película "El millonario" con Gregory Peck, lo aclaro porque creo que hay varias películas cuyo título ha sido traducido al español igual, se llamase como se llamase, de hecho ésta vendría ser "el billete del millón de libras", calcao, señores.

La primera sensación cuando lees los argumentos de estas películas "clásicas" (odio ese adjetivo sin motivo aparente soy "huna rasista de las palavras") es "ah, esto me suena" rápidamente debes caer en la cuenta de que en este caso está muy claro qué fue antes el huevo que la gallina y que se hacen al año multitud de películas copiando estas tramas caídas en el olvido. Eso también me molesta pero no quiero parecer una amargada.

El millonario es una adaptación de una novela de Mark Twain, podría resumirse como la historia de dos hermanos aburridos y ricachones que poseen un billete de un millón de libras, hacen una apuesta y se lo dan a un pobre hombre con la condición de que si no lo gasta en un mes le darán un trabajo para el resto de su vida.

Con algo tan simple esta "comedia" te explica perfectamente el funcionamiento de la avaricia, el sistema capitalista y ese carácter abstracto que tiene la bolsa que lleva al absurdo.
Ése último punto es mi mayor descubrimiento con esta película, si yo fuera un profesor de economía y mis alumnos fuesen lo suficientemente civilizados como para aguantar una película en blanco y negro y ese tono de ingenuidad viejuna, se la pondría seguro.
De entre todas las situaciones que no pienso desvelar porque guardo la esperanza de que alguien aburrido la vea, se da la siguente: cotiza en bolsa una empresa que acaba de empezar a explotar una mina que puede tener oro,  sube como la espuma, se extienden falsos rumores, cae la confianza y la empresa, de un día para otro, se arruina, el discurso de Gregory Peck tratando de convencer a los inversores para que no se vayan: "NO HAY NEGOCIO MEJOR CABALLEROS, EN LA MINA HAY ORO, confirmado, oro, esto son números que no son nada, personas que van y que vienen, y en la mina hay ORO, ningún valor es más fiable" es tan visual, plasma tan bien como vence lo abstracto de la bolsa a la vida real.
Me dejó maravillada. Y hoy la rescato porque sí, porque me he parado a pensar en el abismo que separa la justicia real y el BOE y mi memoria ha salido por peteneras, por Gregory Peck y su billete de un millón de libras.

1 comentario:

  1. viena1:23

    Lo jodido es cuando no se ve el oro aunque se sepa que está, y te dedicas a esperarlo, y esperarlo, y esperarlo... Menos mal que haberlo, haylo, y que está Sie para recordárnoslo.

    ResponderEliminar