6/2/10

Un tiny winnie piponazo con queso


La otra tarde antes de antes de ayer concluimos que el futuro no nos lo trae neutrex de manos de una señorita vestida de blanco sino Grefusa, embolsado y con fecha de consumición preferente. Mi buen samaritano desconocido, bueno, desconocido para vosotros, yo sí lo conozco, obviamente, no me pongo a sacar conclusiones con desconocidos por mucha pinta de samaritanos que tengan.




Tras leerlo dos veces, el párrafo anterior se entiende, comprobado. Como íbamos diciendo, LAS PIPAS DOMINARÁN EL MUNDO, bueno, así exactamente no era.
Si tú le dices a una señora (A UNA SEÑORA QUE por supuesto) que se va a alimentar de tres pastillas que le van a saber como tres chorizos, la señora te responde que de eso se alimentará Angelina Jolie si acaso (ya sabéis lo que me nutre me destruye y todo el rollo que se gasta) que las pastillas son pastillas y que como el chorizo nada. Que eso no es nada sostenible con la madre tierra o pecado mortal antinatura, según del pie que cojee la peña.

La alarma ante la sustitución de los alimentos por pastillas es la reacción normal.
Pero Grefusa ha encontrado la solución, se cambian las pastillas por pipas y todo el mundo tan contento, nadie se escandaliza de comer pipas con sabor a bacon o, tachán patatán sus nuevas pipas big burguer, que al parecer, me informa un comunicativo cliente cercano al medio siglo: "Son más de McDonald que de Burguer King".
Bueno, nadie no, el samaritano que tuvo a bien alejarme de vida un rato, algo escandalizado marchó.
Lectores que quieran dar su opinión contrastada, 35 céntimos les cuesta y un viaje al kiosko más cercano.

Por el momento yo me despido, no sin antes advertir a Grefusa que esta publicidad que les estoy dando no está pagada, es por esto, que debieran proceder rápidamente a pagármela, claro, sería de ética y buen gusto... eso sí, mejor me envían unos Gublins que me encantan de toda la vida.