26/11/06

"I haven't had my coffe yet, don't make me kill you"


Yo soy de esas personas, que gracias a dios abundan, que el momento en el que se encuentran más cerca de la conducta delictiva es si por cualquier alineación de planetas o catástrofe similar... amanece y ven que no hay café.
Sí, sí, así de claro, y no es que esto sea una manifestación de reconocimiento en plan "el primer paso para dejarlo es reconocer que tienes un problema", no, no, mi organismo, bien acostumbrado durante largos años, únicamente pide para funcionar una taza de café, es sencillo y me sale económico y para mí esa taza de café es un placer.

Pero nooo de ese aguado de las cafeteras marujiles de esquina... sí, son esas de jarrita blanca o roja (también variedades en negro = menos marrano como dicen por aquí) que viven en un triste rincón de la encimera de la cocina, y allí pasan sus vidas alimentadas de fieltros marca supermercado de confianza (léase el Mercadona, caprabo y similares) y de café de oferta o, en su defecto, marcilla de toda la vida, y cuyo momento álgido del día es aquel en el que LaMari y LaPuri vienen a tomar café a eso de las 4 para ver Pasión de Gavilanes o la telenovela de turno con escaso argumento y tíos/tías de dudoso nivel interpretativo pero bien buenos que están, como dice LaPaqui, que las invita con todo el gusto, para pasar la sobremesa criticando a LaMicaela, que siempre se está quejando de que no llega a fin de mes y bien que se va a almorzar al bar con LaChari y LaRo (como se hace llamar desde que pensó que si a la rociíto le quedaba más fashion, a ella también), y que como todo el barrio sabe, son dos lagartas de cuidao.

Esas cafeteras son las descendientes de la cafetera de aluminio con asa y pomo en negro, que ha quedado reducida a la hermana pobre de las cafeteras, sin que nadie le reconozca el mérito por tantos años de servicios prestados, y que aún sigue en toda casa decente que se precie, aunque sea sin usar, olvidada en el armario. Y sin embargo, resulta ser la que salva la papeleta cuando las otras se niegan a funcionar, porque esas cafeteras además de "amanosicas" como diría mi abuela, yo creo que son simplemente indestructibles.

Bueno, pues a mí ese café no me gusta, me sabe a agua, yo necesito un café de cafetera express, con su espumita, sí, nací en esta nueva era y mi primer café fue express, por poco tradicional que sea, y otro no quiero, que noooo... es de esos caprichos irrenunciables, abandonarlo sería renunciar a mí misma (y esta pseudo-frase psicológica me la saco de la manga por muy difícil que sea de imaginar y/o entender... vamos que ni yo misma la entiendo, pero no la pienso quitar que me ha quedado digna que te *****, oseas).

Y cuando por cosas de mi destierro voluntario tuve que abandonar los parajes de cantinas de Facultad (donde el café sabe a rayos pero es aún más adictivo) y cafeterías circundantes, pues en un arranque consumista sin precedentes en mí (me pasao, precedentes hay) pedí hasta la saciedad una cafetera express, con su brazo y su vapor, veeeenga, porfiiiii, ya sé que es cara, aunque sea como regalo de reyes (esto queda aún más ridículo porque hace años que no hay reyes en mi casa que somos tós ya mayorcicos jajajaja), es que la quiero, es que el otro no me gusta jooo y otros arrastramientos varios, hasta que la conseguí, y la desembalé con mucho cuidado y le dí un sitio privilegiado en la cocina, no una vulgar esquina, y le compré café recién molidito (Salzillo imperial natural mmm para mí el mejor), y se convirtió en mi amiga de las mañanas, quien me da los buenos días porque hasta que no la pongo a funcionar y empieza a oler la cocina a café, ni son buenos, ni son días, ni yo soy persona ni nada ni nada...

Y lo que me cabrean todos esos amigos, conocidos y modernos de la tele que salen a intentar convencerte de lo malo que es el café (recordemos sin título médico o similar... que irrita más) y te advierten, señalando con el dedo y negando con la cabeza en gesto claro de reprobación, que lo dejes pero ya:
  • que la cafeína es muuu mala uuuuhhh te vas a poner viejísima, un horror para la piel, oseas.
  • que es fatal para el corazón por lo de la hipertensión y eso (aunque tu seas de tensión baja.. no sirve para defenderte... comprobado)
  • que así es peor el síndrome premenstrual (claro, y el chocolate, si yo también lo he leído en el Cosmo... pero quítamelo, y verás lo peor que soy yo)
  • que tu sistema nervioso seguro que es una mierda (que piensas... pues como tu capacidad intelectual... y te he dicho yo algo, eh???)
  • que ya estás enganchada y que hacerse dependiente de algo es una bajeza moral (juraíco que esto me lo han dicho por ¡¡¡¡1 TAZA DE CAFÉ AL DÍA!!!!)
Y un sinfín más de estas afirmaciones apocalípticas, que yo entiendo que sean para tomar en cuenta si tomas algo más de tres tazas (creo que dicen los estudios científicos esos que citan los telediarios) porque ya es una cantidad de cafeína considerable. Pero a mí me aburren, y no pienso hacer ningún caso, y si hace falta me hago una camiseta cool que diga en rojo "I'm hooked on caffeine" (para los aidonespikinglis = estoy enganchada al café), para ir advirtiéndolo, ya clarito, y además, para que la gente tome nota de las consecuencias, que el que avisa no es traidor, como dice la genial foto que voy a poner en mis tarjetas (si las tuviera claro) o en el contestador (si tuviera también) "I haven't had my coffe yet, don't make me kill you" =Todavía no he tomado mi cafe, no hagas que tenga que matarte.

Agradecimientos a H que me facilitó la foto.

9/11/06

El primer paso hacia la locura: un gimnasio.

Ale, he vuelto, como prometí nuevo mes, nuevo post, de esos que gustan, en los que me ridiculizo públicamente cual chica años luz de la chica cosmo y esas cosas, no os voy a contar nada de lo que hago día a día porque no creo yo que sea interesante la regulación de la Ley Enjuiciamiento Criminal sobre la entrada y registro en lugar cerrado (obsérvese que la entrada en lugar abierto no tiene ningún misterio y/o intríngulis para nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado... y aún así hay que añadir la **** palabra "cerrado" las trescientas mil veces que menciona el dichoso temita la palabra "lugar").

En fin, que me lío, ¿sabéis que ya es Navidad? Sí, sí, antes la Navidad llegaba con el Cortinglés, de toda la vida, pero aquí en Murcia, desde que abrió, Ikea es quien marca los tiempos, y ya hace semanas que repartió su publicidad para llenar de rojo, plata y oro hasta la taza del water. Pero a diferencia de otros años, precisamente, éste, no voy a hacer ningún próposito, porque esas cosas las piensa uno cuando está tirado en el sofá viendo anuncios de uvas peladas y juguetes destructivos de la personalidad... pero yo no voy a tener ni vacaciones vamos, así que tampoco buenos propósitos que incumplir.

Eso sí, adelantándome a esta circunstancia, y ante el temor de no tener sentimiento de culpabilidad en Enero por incumplir alguna estúpida promesa, pues voy en Octubre, y me apunto a un gimnasio, sí, sí, YO, ¿qué coño hago yo en un gimnasio?, es más, mi opinión sobre éstos y el mundo que los rodea lo podeís revisar unos cuantos posts más atrás.
Esto pudiera ser interpretado como una verdadera señal del apocalipsis y no las que cuenta Paco Rabanne, o bien, mis amigos y conocidos empezarán a pensar que ya he dado el primer paso hacia la locura, y que en un pis pas salgo a la calle sin peinar, con un código civil a trozos, hablando sola por la calle como es costumbre en los opositores de justicia que dice la leyenda se vuelven locos, y por eso, luego dictan las sentencias que dictan.

Pido tranquilidad, es para tener excusa de salir a la calle, que 12 horas sentadas son muchas, y además me he apuntado a uno nuevo y municipal con su spa con jacuzzi y tal... así que no sé yo todavía cuantas calorías serán capaces de quemar las burbujitas ("me estoy barruntando" que no las suficientes para que vuelva a ponerme minifalda).

En otro tiempo os habría contado mi aventura para conseguir, primero, una cita de reserva en una de las 300 plazas abonado salud fin de semana (que nombre más pijo le ponen a todo) haciendo frente a obstáculos insalvables como: 1º. Mi conexión de timofónica. 2º. Las otras 6.000 personas intentando reservar por internet. 3º. Que todas lo queríamos hacer a las 9 en punto de la mañana.
Y segundo, la barbie pocas-luces que no se enteraba de cómo se rellena una inscripción, qué es un carnet joven (esto si que es fuerte... me ha dicho la Caja de Ahorros que lo gestiona que sólo me queda ya un año de juventud... ¿es para deprimirse o no?), y lo más importante, le quedaba confuso el significado de la frase "Tengo muuuucha prisa, ¿esto es imprescindible hacerlo ahora?"... tras su rotundo sí, descubrí, tal y como se veía venir, que NO, te puedes hacer el carnet de usuario cuando te venga en gana, creo que este es el motivo de la cara de mala ostia que tengo en la fotito esa que te sacan para la tarjetita.

Eso, en otro tiempo, que ahora los tiempos los tengo escasos.
Gracias a los que seguís ahí, ya lo sabéis.