"Hacía mucho que no tenía la sensación de ir más allá del límite, como cuando de pequeño vas en bici muy rápido, cuesta abajo, y aún así, sigues pedaleando... esas dosis de pequeño vértigo son un placer"
Bueno, en realidad cambié de idea, pero youtube está haciendo de las suyas y me ha hecho volver a la idea original... jeje, ay que ver, estás en todo, por dios! ;P
La sensación era alucinante, sobre todo cuando se iniciaba el descenso con el pleno conocimiento consciente de que el único freno útil de tu bicicleta era la suela de tu zapato contra el asfalto. Solo después, hecho un auténtico guiñapo contra cualquier arbol comun, pon una morera, te dabas cuenta del riesgo que corrías... Te ponías en pie, y volvías a subir la cuesta ;)
¡Qué me aspen!, lo que hace convertirse en un hombre de provecho con trabajo intermitente... hace un año en la vida se me habría ocurrido que podrías estar despierto a estas horas... y mucho menos lúcido jeje, yo nunca me choqué con nada, eso sí, ya sabes que al final acabé con el brazo roto y una operación y todo, bici de por medio.. pero ahí ya no era ni niña ni nada, y la culpa no fue mía ni de los frenos sino de un imbécil (creo que desde entonces me persiguen)jajajaja.
Pues para mí esa sensación de descontrol total con la certeza de que te vas a comer el asfalto (o algún coche de frente) es de lo peor que he podido sentir.
Y más teniendo en cuenta que la he vivido muchas veces, en su mayoría de los 16-26 años, a grandes velocidades.
Nota: Sometimes haciendo alarde de los feeds, je, je...
(Yo ya me sabía que la cita de hoy -es lo que tiene los feeds-)
ResponderEliminar¿Acaso tanto tiempo hace que no has sentido la sensación de ir más allá del límite que se te quedó en el tintero decirla?
Bueno, en realidad cambié de idea, pero youtube está haciendo de las suyas y me ha hecho volver a la idea original... jeje, ay que ver, estás en todo, por dios! ;P
ResponderEliminarLa sensación era alucinante, sobre todo cuando se iniciaba el descenso con el pleno conocimiento consciente de que el único freno útil de tu bicicleta era la suela de tu zapato contra el asfalto. Solo después, hecho un auténtico guiñapo contra cualquier arbol comun, pon una morera, te dabas cuenta del riesgo que corrías... Te ponías en pie, y volvías a subir la cuesta ;)
ResponderEliminar¡Qué me aspen!, lo que hace convertirse en un hombre de provecho con trabajo intermitente... hace un año en la vida se me habría ocurrido que podrías estar despierto a estas horas... y mucho menos lúcido jeje, yo nunca me choqué con nada, eso sí, ya sabes que al final acabé con el brazo roto y una operación y todo, bici de por medio.. pero ahí ya no era ni niña ni nada, y la culpa no fue mía ni de los frenos sino de un imbécil (creo que desde entonces me persiguen)jajajaja.
ResponderEliminarPues para mí esa sensación de descontrol total con la certeza de que te vas a comer el asfalto (o algún coche de frente) es de lo peor que he podido sentir.
ResponderEliminarY más teniendo en cuenta que la he vivido muchas veces, en su mayoría de los 16-26 años, a grandes velocidades.
Nota: Sometimes haciendo alarde de los feeds, je, je...