26/5/10

De tal palo, piruleta


En mis turnos de dependienta ocasional (ya son tantas las historias que voy a tener que etiquetarlas) sabéis que tengo un trato más que frecuente (y menos que agradable) con los niños. Los niños en su mayoría sólo saben marearte, algunos por su inocencia de querer comprar el mundo con cinco céntimos y otros porque son unos pequeños cretinos sinvergüenzas que te gritan "te he dicho de fresa" cuando te han dicho de menta, sólo para reírse de ti, y reírse aún más, cuando le das el de fresa, te das la vuelta y acto seguido, "bueno no, dame el de menta" jijijaja con los otros pequeños niños del diablo.

Entre los que simplemente les falta un hervor está nuestro prota, es un niño algo grandote para su edad y sin malicia, pero a pesar del paso de los años, aún no domina el mundo en el que vive, es decir, que vive en su propio mundo de la piruleta, calle de la gominola como decía Homer.

En las calles piruleta los coches que pasan son de marshmallow amigos, de esponjosa nube, para entendernos, así que tenemos costumbre aconsejarle al final de su visita: MIRA ANTES DE CRUZAR, su madre le grita desde el banco del parque antes de cada una: MIRA ANTES DE CRUZAR, e incluso yo le grito cuando ya está fuera en la acera, MIRAAA SI VIENEN COCHEEEEEES, como una maruja cualquiera.

Da lo mismo, es un especilista en provocar frenazos, algunos sin susto, otros (como el de hace un par de semanas) con mucho susto porque llegó a poner las manos sobre el capó. A pesar de la angustia de la conductora y de los gritos de todo paseante que lo vió, él siguió su camino con esa arrogancia infantil tan de moda, sin mirar atrás, sin responder al ¿estás bien? de la automovilista (lo estaba, perfectamente).

Hoy he vuelto a repetir consejo, mi sister se lo ha reiterado desde la puerta y mi padre que se lo ha cruzado en la acera, lo ha llamado por su nombre añadiendo el susodicho "párate y mira antes de pasar", y cuando ha entrado, nos hemos sonreído y le hemos comentado que era, posiblemente, la cuarta vez que lo escuchaba en diez minutos, y es así, por esos comentarios sin importancia que haces, como nos hemos enterado de que esto de ser despistado hasta lo más profundo es algo genético, ya que mi señor padre ha tenido a bien informarnos de que no había nada que hacer, que ya a su abuelo le tenían de mote "EL MIRACIELOS", no hace falta explicación, y se lo ganó a base de esfuerzo, cayéndose no sé cuántas veces a la reguera que había al lado del camino porque nunca miraba por dónde andaba.

9 comentarios:

  1. Anónimo8:17

    ¡No es el gen del despistado es el gen suicida! :D

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  2. Madre de dios, me encanta el mote, ·El Miracielos". Se nota que el niño lo ha heredado al 100%.

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  3. Ostia, qué risa, jajajajjajajj!!! en el pueblo de mis abuelso hay otro "Miracielos", pero a ése se lo pusieron por tener estrabismo.

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  4. INSOPORTO A LOS MIRACIELOS (es que soy de natural sufridora del bienestar viandante ajeno). yO MIRO SUELOS TODO EL RATO: HACED LO MISMO, COÑE!!!!!

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  5. Desde el momento en que he leído el título de la entrada, sabía que la cosa prometía.

    Acabarás dándole la mano para cruzar la calle a Miracielos Jr. Al tiempo.
    O te puedo regalar un peto de esos fosforecentes que pone STOP en la espalda para que le des paso al pequeño hobbit.

    ¡Pobre Miracielos Jr!

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  6. Yo creo que es un ejemplo más de la Teoría de la Evolución de las Especies, selección natural, ya sabes, el más fuerte sobrevive y el más tonto termina incrustado en el morro de un coche y nos evita el día de mañana tener pululando por ahí a sus descendientes alelados que conducirán a la extinción de nuestra especie.

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  7. El día que inventen airbags para este tipo de niños, los conductores vivirán más tranquilos y seguros...

    ;-)

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  8. ¡Madre mía! Me ha hecho mucha gracia tu forma de contarlo (como siempre), pero ¡menudo peligro de crío!
    A mí me pasó una vez, teniendo cuatro años, que casi me atropellan. Estabamos en el sitio de veraneo habitual, en un parquecillo. Es un sitio muy tranquilo y poquísimo tránsito y, no sé por qué, fui a cruzar la calle, no sé si se me escapó una pelota o si fui a saludar a alguien (recuerdo que mis tíos estaban por allí en ese momento y a lo mejor fue eso). Pero el caso es que el pobre conductor me vio cuando ya estaba encima. O, mejor dicho, casi debajo de su coche, porque salí de entre los que estaban aparcados al lado de la acera y me planté en medio de la calzada en un abrir y cerrar de ojos. Según mi padre, gracias a que el conductor reaccionó muy rápido, pero vamos, cuando mi padre me cogió estaba prácticamente debajo del coche y totalmente ajena al peligro. Lo recuerdo perfectamente, pese a ser tan pequeña, por la bronca que me cayó después... Desde entonces, nada de "miracielos" :)

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  9. Eso es porque el padre no le ha dado dos hostias bien dadas la primera vez que se le ocurrió cruzar sin mirar, y ahora todos los demás tenéis que suplir esa falta... de ahí que lo normal sea que algún día se lleve un susto gordo y aprenda. Prevenir antes que curar, claroXD
    Ay nena, qué alegría leerte again:D

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