
En esos borneos que me doy por la blogoesfera he visto que ya se felicita la Navidad, y se crean post navideños:
- Están los de siempre, de imagen nevada y clásicos de la Navidad como paz y amor y buenos deseos.
- Los nostálgicos que se acuerdan de los juguetes de la infancia, el turrón de chocolate suchard, y las figuritas más o menos tradicionales del belén.
- Y luego están los anti-navidad, feliz falsedad etc. que se declaran personas que la detestan, odian el consumismo de estas fechas, los juguetes, las luces y el espumillón (del turrón de chocolate no dicen nada).
Así que parece que se crean dos grupos blogoesféricos, a favor y en contra, que convergen, sin embargo, en dedicarle un post (aunque también están los que ignoran u omiten que estamos en Navidad, convirtiéndose así en blogs intemporales... como un buen fondo de armario).
Yo ya le he dedicado unas líneas (gracias a Ikea) allá por noviembre, así que me he adelantado a estas corrientes, y no voy a definirme, no voy a escribir un post sobre lo que me gusta de la Navidad y lo que detesto de ella, si abeto de plástico o belén, si papa noel o los reyes magos, si la gente compra de más o de menos, no, no lo voy hacer, lo adivináis solitos si tenéis interés, y si no, pues nada, que tampoco creo yo que sean tan importante, vamos.
Las navidades pueden ser felices, como cuando eras niño y te daban vacaciones sin cuaderno santillana por medio ni nada, y pueden ser tristes, como triste puede ser cualquier día del año.
Pero las penas con pan son menos, o con turrón, o como se quiera.
Todo lo que se puede decir a favor de la Navidad lo dice magistralmente, como siempre, un nuevo audio de Manuel Domínguez Guerra que nos ha regalado por navidad, y que yo, he intentado subir aquí, pero como soy un inútil tecnológica y además estoy haciendo la maleta para irme, pues no lo he conseguido, ni sé cómo funciona lo de castpost ni por qué no me deja entrar a la página (bueno sí lo sé, me dice algo así como "está todo copado, está todo copado"), así que vais a su blog: El-Caracol, y lo escuchais. Como poco, sonrisas os aseguro.
Ah, y esos mismos motivos que escucharéis sirven también para aquellos lectores que no soporten la Navidad, porque os recordará nuevos argumentos detestables que enumerar.
Todas las navidades me voy unos días fuera de la ciudad, cosas y compromisos de familia política, esas costumbres en pro de la equidad que te obligan a ir sorteando nochebuena aquí, nochevieja allá, y el año que viene igual pero al revés, lo típico y democrático que tira p'atrás de toda la vida. En fin, que abandono el mundo on-line unos días, pero volveré.
Mientras tanto: Feliz Navidad o Felices Compras o No sufrais mucho esta Navidad (que cada uno se aplique en cuento). Un beso a todos.